lunes, 25 de abril de 2011

BORRÓN Y CUENTA NUEVA


«Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta;
Si vuestros Pecados fueron como la grana,
Como la nieve serán emblanquecidos;
Si fueren rojos cono el carmesí,
Vendrán a ser como blanca lana» (Isaías 1:18).



Imagine que hay una persona con una deuda que no puede pagar, podría trabajar toda la vida, y no le alcanzaría para pagarla. Una persona en esta condición lo que más anhelaría escuchar es: Borrón y cuenta nueva, deuda cancelada, no debes nada, ¡todo está pago!
De igual manera el pecado heredado de Adán es una deuda que nadie puede pagar, la condición pecaminosa de los hombres es terrible en ex¬tremo; destruye vidas, acaba familia, cautiva, esclaviza y al final el pago de de los que viven en el pecado es la muerte. El hombre en esta condición de pecador, no puede pagar: su dinero no le sirve, ni la belleza, tampoco la posición social, ni la fama, todo esfuerzo es infructuoso.
La iniciativa de perdonar la deuda es de Dios. Nosotros como deudores no podemos decidir la cancelación de la deuda, pues no tenemos con qué pagar, es Dios quien toma la decisión. Es una invitación que nos hace Dios como nuestro acreedor: utiliza la palabra venid, del hebreo הָלַךְ (Jalah) que significa: llegar al fin, o el proceso de concluir, es la buena voluntad de Dios para ponerle fin a la deuda del pecado en el hombre.
Este llamado a cuentas no es para condenar, ni para amenazar, tampoco para enjuiciar, al contrario es para perdonar y hacer libre de culpa, cuando Dios dice: Si vuestros pecados fueren como la grana... está haciendo un llamado a todos, “desde los que se consideran que no son tan pecadores” hasta los que son considerados como los más grandes pecadores y el resultado del perdón que Dios ofrece es que serán emblanque¬cidos como la nieve», es un cambio total: de deudores a quedar libres de deudas, de culpables a quedar sin culpas, de pecadores a quedar sin pecados.
Este perdón produce en quien lo recibe un nuevo nacimiento, por tanto es una nueva criatura, es una oportunidad para iniciar de nuevo, llegar a ser: un nuevo hijo, un nuevo esposo, una nueva esposa, un hombre nuevo, una mujer nueva. No se necesita cambiar de esposa o esposo, ni de barrio, tampoco de colegio… necesitas borrón y cuenta nueva.
Una pregunta para reflexionar. ¿Seguirás cargando con la deuda impagable del pecado?
Haga una oración ahora mismo: Señor Jesús, acepto el perdón que tú me ofreces, y te pido que perdones todos mis pecados, lávame con tu sangre preciosa, y haz de mi una nueva criatura, en tu nombre Jesús amen.
Recuerda: “No seas vencido de lo malo, mas vence con el bien el mal”


Anilio Moreno
Pastor