miércoles, 29 de septiembre de 2010

CONSECUENCIAS DE UN MAL NEGOCIO


Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal,
Vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo;
Pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago

Romanos 7:14 – 15

El huerto del edén fue testigo de la negociación más trascendental de toda la historia de la humanidad, allí, Adán y Eva, hicieron el peor negocio, desobedecer a Dios y obedecer a la serpiente (Satanás), sometiendo así a todo hombre bajo la esclavitud del pecado, trayendo consecuencias nefastas para toda la humanidad. Tú al igual que tu familia están pagando las consecuencias de un mal negocio.

El apóstol pablo dice que fuimos vendidos al pecado. Y utiliza la palabra griega piprásko (πιπράσκω) que indica vender como esclavo, en ese mal negocio nos hizo esclavos del pecado, el esclavo hace la voluntad de su amo, está condenado a la servidumbre, y aunque quiera hacerse libre por sí mismo no puede. Pecado, en el texto griego, quiere decir «fallar» «ser incapaz de llegar a la meta». El hombre en su condición de pecador es incapaz de ser fiel, de agradar a Dios, es incapaz de ser libre de las garras del pecado, en otras palabras, el negocio del Edén hizo al hombre esclavo del pecado en todas sus formas.
Lo inentendible al estar bajo el dominio del pecado. Pablo dice: “porque lo que hago no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago” en otras palabras, quiero hacer cosas buenas, pero termino haciendo lo malo que no quiero hacer, quiero dejar los vicios, pero termino esclavo de ellos, quiero cambiar mi trato con las personas que quiero, pero sigo siendo esclavo de las malas palabras y acciones, quiero ser un buen esposo, o esposa, pero termino fallando. En mi interior se lo que debo hacer, pero hay una fuerza mayor que domina mi voluntad, esta es la fuerza del pecado, que me obliga a hacer lo que no quiero, esta es la condición de todo ser humano.
Los esclavos podían ser comprados y luego el nuevo dueño los podía dejar en libertad o seguirlos esclavizando. Se necesitaba de alguien que pudiera pagar el precio de nuestra libertad. Solo Jesús quien es Dios hecho hombre pudo pagar el precio y así hacer libre a quienes le reciban. En Jesucristo es posible vivir libre del poder del pecado. ¡Toma la decisión hoy de aceptar a Jesucristo en tu vida!
Una pregunta para reflexionar. ¿Cómo sería mi vida libre del poder del pecado?
Haga una oración ahora mismo, Señor Jesús, reconozco que he sido esclavo del pecado, ahora comprendo que tú me puedes hacer libre, te acepto como señor y dueño de mi vida, hazme una nueva criatura en tu nombre Jesús amen.

Recuerda: “No seas vencido de lo malo, mas vence con el bien el mal”


Anilio Moreno
Pastor

Septiembre 29 de 2010

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